lunes, 30 de enero de 2017

¿Ensayos? o "juegos de tronos"…

En Málaga no es posible "el ensayo"
        Esta afirmación puede parecer muy rotunda pero es fácilmente demostrable y científicamente argumentable, desde el punto de vista del ejercicio físico, ENSAYAR NO SIRVE PARA NADA, es más, podría ser hasta contraproducente.
        Se puede probar empíricamente que en los ensayos se vulneran numerosos principios del entrenamiento deportivo, lo cual impide su utilidad para preparar físicamente al hombre de trono; como muestra: el principio de continuidad del proceso -no tienen continuidad suficiente los estímulos para que se produzca la consiguiente adaptación fisiológica-, principio de especificidad de la carga (ni el peso, ni la duración del esfuerzo se aproxima ni por asomo a lo realizado en nuestros tronos)…
Y no solo lo dice el que firma este artículo; veamos que dicen sobre los ensayos desde la ciudad que los exporta:
«Los diferentes estudios que existen muestran que los ensayos no son una preparación física para la estación de penitencia ya que no se corresponden con ella ni en tiempo de esfuerzo (chicotás), ni en el de descanso (“con el paso arriao”), ni en la carga, ni en el número de levantás.» Dr Juan Gavala, tesis doctoral “La actividad física del costalero. Hábitos y costumbres".
Y eso teniendo en cuenta que en la ciudad hermana se ensaya con pesos, volúmenes e inercias; duración y número de participantes iguales a los que se tiene el día de la salida procesional.
Además, el esfuerzo del costalero tiene una tipología muy diferente a la del hombre de trono, soportan más kilos, sí, pero con una gran ventaja biomecánica al tener la carga centrada; sus recorridos suelen ser más largos, sí, pero su tiempo de trabajo no excede de 45 a 60 minutos por relevo, realizando grandes descansos en los intervalos.
Dejado esto claro reflexionemos sobre las otras “utilidades” que pudieran tener los ensayos:
·       Para acompasar una determinada marcha o forma de andar (complicado dada la proporción entre asistentes y número totales de hombres de trono).
 
Además les propongo una provocación: ¿por qué no bailan los nazarenos?, si es por armonía, si es por acompasar pasos a una música… El tiempo en el que el nazareno rezaba y el portador formaba el show creíamos tenerlo ya superado.
Hemos descubierto hace relativamente poco tiempo el poder de la música en los tronos, pero sinceramente creo se nos está yendo un poco de las manos. Pienso, y así me lo han enseñado personas mucho más expertas que yo en esto de los tronos, que la jerarquía en un trono bien llevado está clara: lo más importante es el sagrado titular que preside el trono, después los 200 hermanos que lo llevan (aunque solo sea por número así tiene que ser), después los capataces y mayordomos (que están al servicio de los anteriores) y después los músicos que son el “acompañamiento musical” y que deben estar también al servicio del trono. Solo haría la salvedad de que si los integrantes de la banda son hermanos de la cofradía deberán ser colocados por encima de los capataces y mayordomos. 
Pues bien últimamente estamos viendo ejemplos en los que se coloca la música en el lugar más importante; me explico, se cambia la impronta de una imagen en la calle por los gustos musicales; hay calles de “primera” en las que se “baila” y calles de segunda, en las que hay que “huir” a toque de granaderos, alargar el paso porque si no, “no llegamos”.
Pareciera que los mayordomos entregan el martillo al director de la banda, es decir, el trono se sube cuando empieza una marcha y se baja cuando acaba, sin tener en cuenta las maniobras y lo que es peor sin importar como vayan las 200 almas que lo llevan con su esfuerzo y devoción; y digo más los capataces se convierten en “coreógrafos” que van más pendientes de se cumpla el baile estipulado que en realizar de la mejor forma las maniobras y cuidar a los 200, que como en las Termópilas “luchan con honor” solos.
¿Hemos olvidamos lo que llevamos sobre nuestros hombros?, quienes somos nosotros para hacer bailar a nuestro titular al son que nos guste.
 
Marca dejada por un varal en curva de San Agustín, el capataz mientras miraba el papelito con “la coreografía”
 
·       Para conseguir unión y cohesión del grupo (igual que cualquier comida, visionado de videos o partido de futbol)
 
No he visto en los videos que circulan por internet reuniones muy numerosas, eso sí he visto hombres de trono jóvenes que no saben bien donde están, hombres de trono que sonríen y se encuentran incómodos, raros y extraños con esa teatralización de algo muy serio; como todo ritual o acto cofrade si se despoja de su sacralidad pierde todo su sentido.
 
Estamos  cayendo en  juegos de tronos, y eso deberíamos de  dejarlo para la serie televisiva…o para los niños.
Estos son los únicos que deberían “jugar a los tronos”
 
 
¿El futuro? Respeto, formación y entrenamiento
Dicho todo esto, ¿Qué  hacer?, formar y entrenar, creo en el entrenamiento físico individualizado y específico como única forma de mejora del aspecto físico del hombre de trono; ahora bien apuesto firmemente por la formación integral del hombre de trono y su implicación en la cofradía, los tiempos de la comida como gratificación y “hasta el año que viene”, pasaron.
Entrenar no solo para la salida procesional, hacer ejercicio físico para ser un cofrade más sano y activo los 365 días del año por su cofradía, como decía  Ricardo Aguilar en los Mandamientos del hombre de trono: “ser cofrade, cristiano y coherente en su trabajo en el varal”,  “ estar orgulloso de serlo y tener conciencia de que uno lo es todo el año”.
Sobre todo exijo respeto para la figura del hombre de trono, al igual que los nazarenos, somos penitentes, penitentes en el varal.
Y respeto por nuestras tradiciones, viendo otras realidades se aprende, copiando solo por moda no, la globalización no enriquece: muy al contrario supone pobreza cultural, es pérdida de identidades y costumbres. 
La Semana Santa de Andalucía tiene el peligro de convertirse en simples colonias, en burdas copias de baja calidad de la deslumbrante metrópoli hispalense; como muestra: si un capataz de un paso dice "vámonos tos por iguá valientes, mi arma" si es en Sevilla, es para decir: ¡ole!, pero si el rótulo que aparece en las imágenes es Granada o Córdoba es para decir: “horror” (y ya ha pasado).
Y todo esto lo digo no tanto por nosotros, sino principalmente por ese nazarenito que todos tenemos en casa, ¿Qué herencia le dejamos?
Dios quiera que nunca ocurra esto en nuestra bendita Málaga.
Parte de este artículo fue publicado por el diario sur en su suplemento pasión del sur el 28 de Marzo del 2015 en su espacio La Tribuna con el título ¿Ensayos? o “Juegos de tronos”…
 
José María Hinojosa Montañés
Hombre de trono de la Archicofradía del Paso y la Esperanza.
Doctor en Ciencias de la Actividad Física y Deporte

 

martes, 8 de noviembre de 2016

De Extra-Ordinarias, ensayos y Niños de Trono

Y llegaron las extraordinarias, esas en las que al parecer "todo vale"... Se escucha en albacerias y pasillos:
 
- …pues a mí me gustan mucho las “velas rizas"

- tío que somos de Viernes Santo, espérate a que haya una extraordinaria...


 - … a mí lo que me gustan son las cornetas

- tío que a nuestro Cristo no le pegan, que somos más solemnes

- a ver si en una extraordinaria...

 
-…oye eso de los relevos mola, y pasearte por la procesión en camiseta sudorosa tiene que ser lo más…

-…tío que llevamos túnica y hay que mantener la compostura en la calle...

- ¡cuando caiga una extraordinaria¡

 
Y así nos ha ido: Perdidas de identidad de cofradías, inventos y malas copias importadas.

Y lo vemos desde fuera y nos echamos las manos a la cabeza...

Esto es el futuro esto es lo que se lleva, "trending tópic"…

¿Qué no te gusta? ¡Eres un Dinosaurio!

PUES NO, bueno si, puede que sea un poco "Dino", pero no tiene nada que ver, el asunto es que eso no es Málaga, no es justo para nuestras Cofradías.

Todas esas cosas son extras (sobran); extras,(extrañas a Málaga y a nuestro ADN de hombres de trono), extras y ordinarias…

Como son las formas de algunos "niños de trono" extrañas, extranjeras y muy ordinarias. "¡Cuánto daño ha hecho YouTube!"... No es cierto, la información nunca hace daño, la copia indiscriminada, la globalización y homogeneización de todas las Semanas Santas, SÍ.



 La culpa es nuestra, de los "mayores" que no hemos sabido enseñar a los jóvenes.

 Un ejemplo claro la asociación cultural Daffari, sus principios, actos y homenajes son muy loables y positivos; muy admirable su trabajo, pero se les han descontrolado los cachorros, igual no son ni miembros, pero están claramente influenciados por esta asociación (a la que defendemos y pedimos colaboración inequívoca y rechazo a la sustitución de tradiciones malagueñas por otras importadas, respeto a su esencia). La fuerza y los aires revolucionarios propios de la juventud necesitan ser encauzados por la experiencia. Que en esta asociación hay y a raudales.

Como digo, no son culpables sus socios, la culpa es más profunda, es de nuestra sociedad falta de valores, como el respeto a los mayores y la educación. Todos fuimos jóvenes alguna vez, sí, incluso los dinosaurios, y nos enseñaron que había que tener muy bien abiertos ojos y oídos, escuchar y aprender siempre aprender, esa humildad de la que carecen estos "niños de trono".

Y sí, son niños de trono, porque si juegas a los tronos siempre tendrás niños de trono... esos ensayos mal entendidos, esos teatros que rozan el ridículo, esos rizar el rizo, esas coreografías imposibles, serruchos (ponle el nombre comercial que quieras) y demás.

Todo artificial, extra, ordinario y contra natura. Mucho ensayar pero las maniobras se dan en parado y perdiendo el paso. Puestos a ensayar, ¿Por qué no ensayan salir con el izquierdo tras alzar el trono? cosa que salía naturalmente y con dos pisotones... ¿Por qué no aprender por qué se llego a esa costumbre después de siglos?

Sí, hay que ver vídeos y si se puede viajar mejor... Hay que aprender, pero de los clásicos, de los buenos, y también de los de AQUÍ. hay que ver cómo Juanma manda y dirige una curva, ver cómo Julio Torres negocia la curva del Águila, ver a Rafael Damián gobernar esa gran nave, escuchar al Cabra hablar de mesas y varales. Son herederos de una tradición (de los Polo, Carrasquilla, Bigote Pana, Daffari...). APRENDAN, aprendan y no crean que ya lo aprendieron todo a los 25.

Y puestos a ensayar, ensayemos, hablemos... pero con "malagueñas maneras". potenciemos lo de aquí, que para hacer copias no hace falta ensayar (te las hacen en Copicentro). Más leer  vocabulario del Nazareno Verde y menos tonterías.

 Que aquí, el "tos por Igua", tiene que seguir siendo "toser dos a la vez".

lunes, 31 de octubre de 2016

De Olafs y Sirenitas


Están aflorando últimamente entre nosotros los cofrades, especialmente en los hombres de trono, unos seres extraños. Unos muñecos de nieve a los que les encanta el verano, unas sirenitas que aun habiendo nacido aquí, en la costa, piensan que el agua dulce de un río es lo mejor,  que "lo más", que "tocar el cielo", es lo que hay fuera; y que es necesario vencer nuestro catetismo rancio y que hay que importar e implantar a toda costa...

Mira compañero, estás muy equivocado, cada uno somos lo que somos gracias a donde, por gracia de Dios, hemos nacido. Tienes suerte, eres malagueño y te morirás siéndolo. Si te gustan otras formas emigra, emigra a verlas y vuelve, pero antes de volver, pregunta, pregúntales qué es lo que más curiosidad les produce y más admiran por esos lares de Málaga, te sorprenderá que, con frecuencia, serán aquellas cosas que tú quieres destruir... Y es que valoran lo original, uno no se mueve de Sevilla para ver una copia de Sevilla (por buena que esta sea). Las Semanas Santas de Sevilla, Valladolid, Zamora... están muy bien y son preciosas ALLÍ.

Detente un momento a ver vídeos de esos que te gustan tanto en YouTube, verás cómo en otras provincias han desaparecido sus identidades y cómo son copias modernas y de bajo presupuesto de la capital de moda.

Eso sí, es catetismo y complejos: destruir lo tuyo y apuntarte a nuevas modas y formas de representar nuestra Pasión no es cool, es pobreza. Por cada Pérez Hidalgo que no se recupera y se cambia por una canastilla se pierde parte de la historia de Málaga, de nuestra Semana Santa.

¿Dónde está la escuela barroca granadina? Según lo visto en Granada no, sólo aquí, y se  resiste a morir fagocitada por el monstruo hispalense. Málaga puede soportar influencias externas y seguir teniendo una de las Semanas Santas más bonitas y únicas del mundo entero, pero podría morir cuando el virus es interno, cuando son los propios malagueños los que le dicen lo cateta que es, y que poco ha sabido aprender en cinco siglos de tradición propia, que todo lo que hay por “aprender”, está fuera.

 Si eres un muñeco de nieve, disfruta con las nevadas y las guerras de bolas, deja los 40 grados a la sombra y las noches sin pegar ojo para otros... Y tómate una Victoria helada en el paseo marítimo.

Trabajemos y disfrutemos de lo nuestro. No nos quedemos parados, pero no confundamos el rumbo. Así que, menos Olafs y Sirenitas en las Cofradías.
 

 

viernes, 21 de octubre de 2016

Un nombre de mujer


Era por la mañana, corría apresurado porque tenía un montón de proyectos en mi cabeza, había mucho por hacer y rápido. De lo que hiciera entonces iba a depender mi futuro, y en mi mente se veía muy motivador, esperanzador, y en realidad lo era. En aquel momento pensaba en cambiarlo todo para que nada de lo bueno cambiara, y además, conseguir una gran de beneficios adicionales… Esto no era tan así, pero en aquel momento lo creía. El brío de la juventud y el principiantes es tan inspirador, que yo, enfrascado en mis cosas oía apenas murmullos a mi alrededor, cuando de repente me caí de bruces contra el suelo. En ese momento vino una mujer a levantarme, el caso es que me sonaba su cara, pero en ese momento no recordaba su nombre. Y se produjo una conversación que debió de ser más o menos la siguiente:

           

-        Mujer: Te estaba llamando pero apenas me oías, cuando me di cuenta habías caído. ¿Estás bien?.

-        Yo: Si, si señora, estoy bien… Oiga, ¿nos conocemos de algo?.

-        M: Claro hombre, hace años que nos conocemos. Es que, ¿no te acuerdas?.

-        Y: Disculpe, la verdad es que ahora mismo no caigo, será el golpe (entre risas)

-        M: Eso, o que vas muy enfrascado en tus cosas…

-        Y: Si, si, la verdad es que tengo muchos proyectos que acometer con celeridad. Van a mejorar la vida de muchos!!

-        M: Qué bien, me alegro mucho de verte. Pero permíteme un consejo amigo mío: No permitas que los árboles no te dejen ver el bosque. Estoy segura de que tienes muchas y muy buenas ideas en la cabeza, pero tienes que ir atento a la realidad que te rodea para sacarles provecho.

-        Y: Si, muchas gracias. Hasta pronto!!

-        M: Toma mi teléfono, y si me necesitas, llámame…

 

Finalizó de ese modo la conversación, mientras yo pensaba quién demonios era esa señora que se permitía el lujo de darme consejos… ¡¡Me estaba distrayendo de mi objetivo!! Y yo ya lo tenía todo bien diseñado. ¿Quién era ella para que yo la llamará a consultarle nada? ¡Que se habría pensado! No quería faltarla al respeto, pero es que encima era tan mayor… ¡Qué sabría ella!

 

Llegué a la oficina, y empecé a cambiarlo todo, realicé un enfoque ambicioso, no quería partir de premisas preestablecidas que me condicionaran, mi diseño debería ejecutarse tal cual estaba pensado y soñado. Le dediqué muchísimo tiempo y esfuerzo. La verdad es que tengo que decir que entusiasmó a bastante gente, otros se quejaban, pero… ¿Qué se pensaban? Era por su bien. Bueno, quizás había algún sacrificio que tenían que hacer, pero eso no era nada comparado con los muchos beneficios que iban a obtener, ¡me frustraba tanto que no lo vieran!. No quiero extenderme, el caso es que las cosas se empezaron a torcer y mi estupendo plan quedó en agua de borrajas, si, había cambiado cosas, pero no había aunado las voluntades ni logrado los objetivos que yo me había planteado…

 


Fue entonces cuando, un poco apesadumbrado, decidí llamar a aquella mujer, seguramente ella no podría aportarme nada, pero en el fondo quería desahogarme. Llamé por teléfono y quedamos en el lugar que nos habíamos visto la vez anterior. Cuando llegué ella ya estaba allí:

 

-        Yo: ¡Qué pronto ha llegado! Me alegro de verla.

-        Mujer: La verdad es que yo siempre estoy por aquí. He visto ir y venir a tanta gente a lo largo de mi vida. Por eso te ví caer aquel día. Pero cuéntame, ¿cómo va tu proyecto?, ¿Seguiste mi consejo?. Seguro que te fue bien…

-        Y: La verdad es que he quedado con usted porque todo no ha ido como yo esperaba. Entonces reparé en lo que me dijo aquel día. Aquello de abrir los ojos… cuando me ofreció su ayuda…

-        M: Y, ¿lo seguiste?

-        Y: Sinceramente no, yo ya lo tenía todo diseñado. ¿Qué cree que ha podido fallar?

 

A continuación recibí una de las mayores lecciones que me ha dado la vida, la señora me dijo:

 

“Deberías de haber seguido mi consejo, te habría resultado de ayuda. Como te he dicho yo siempre estoy aquí, y ya tengo muchos años, he visto y venir a mucha gente, algunos con tanto empuje como tú y caerse al suelo. Y en todos casos sucede lo mismo: van ensimismados en su propio interior e ideas, sin darse cuenta siquiera de lo que les rodea, de por qué está allí aquella fuente o el árbol que hay en la esquina, de cómo está trazada la calle, de la realidad de la ciudad que pisan pero no escuchan. Todas estas cosas las ha traído el tiempo poco a poco… Nadie diseñó la ciudad a su antojo, y seguro que no tiene el mejor trazado posible, seguro que tiene muchas cosas mejorables, tan seguro… como que la realidad que ahora contemplas está fraguada a lo largo de los años, y por algunas razones, tan importante son detectar las equivocaciones como las razones que llevaron a los que nos precedieron a tomar algunas decisiones. Tú tenías buenas ideas, pero no te paraste a pensar cual era la mejor manera de plasmarlas dadas unas circunstancias. Es posible que tampoco te importara mucho, sencillamente querías cambiarlo todo. Creo que tendrías que haber puesto en valor algunas de las cosas que tenemos aquí, las podrías haber aprovechado para mejorar tus propias propuestas. A veces no hay que tener lo mejor que somos capaces de soñar, basta con realizar lo mejor que podamos hacer, lo mejor que podamos ser… Siguiendo siendo nosotros mismos

 

Creo que ya lo entiendo, para cuando recordé quien era la mujer ya era tarde, pero su consejo, aunque no me sirvió para evitar el desastre en aquella ocasión, supuso para mí una lección de futuro y me aportó muchas cosas buenas desde ese momento. Sabéis? Vosotros también la conocéis. Se llama “Experiencia” Pero prefiere que le llamen “TRADICIÓN”.

 

Y esta es la historia de cuando entendí que la tradición no está reñida con el progreso, como la juventud no tiene que estar reñida con la experiencia. Que juntas, que paso a paso, sumamos. Tal vez la tradición no sea en si un destino o una meta, pero sí que puede llevarnos a muy buenos sitios, que es bueno dejarte guiar, al menos escucharla, pues con frecuencia… Nos va a traicionar menos de lo que lo haríamos nosotros mismos. Que cuando dicen que todos los caminos conducen a Roma, es verdad, como también que hay recorridos y tránsitos que no conducen a ninguna parte. ¿Y si no fuéramos los mejores del mundo, pero tampoco los peores? No podremos ser de diseño, pero podemos construir la mejor de nuestras realidades posibles.

 

(Nota: Querido lector: Cualquier parecido con algunas de las gestiones y propuestas para la modificación del Recorrido Oficial de la Semana Santa de Málaga, o cualquier cuestión que atañe a nuestras Cofradías, es mera casualidad)

Los dinosaurios... hoy vuelan





Hoy queremos compartir con todos los lectores de La Albacería el vídeo de una historia... Hay quien aún piensa que un asteroide acabó con todos los dinosaurios de la faz de la tierra. Pero la verdad es que no, no acabó con todos... La ciencia explica como muchos de esos ejemplares han llegado evolucionados hasta nuestros días. Algunos de ellos desarrollaron plumas y aprendieron a volar... Siguen haciéndolo, soñando muy fuerte.



Somos su legado, somos albaceas de ese patrimonio. Un fuerte abrazo a todos.

lunes, 17 de octubre de 2016

Nazarenos del varal


 

Una de las formas más sentidas y bonitas de rezar, es la de la ancestral tradición de portar a Dios y su Madre a hombros. No se sabe si como método para acercar el elemento sagrado a los sentidos, o como forma de acercarlos al cielo, sea como fuere, el caso es que de manera natural y espontánea, el ser humano ha llevado, especialmente aquello de un gran valor sentimental, al hombro.
 
Centrándonos en el aspecto religioso, particularmente en la tradición procesionista, viajamos al Mediterráneo y fijamos nuestro destino en Málaga, donde estas formas han echado raíces muy profundas y se han desarrollado de un modo muy especial, alcanzando cotas de sensibilidad y delicadeza tales, que en ningún caso podemos hablar de maneras que puedan antojarse improvisadas, ni mucho menos impuestas por mera cuestión estilística. Hablamos por tanto de una manera de ser y de sentir como pueblo, de tradición, de raíces, palabras mayores.
Mucha tinta se ha derramado ya hablando del paso marinero malagueño, de ese pasito corto y mecida larga que llegó como evolución natural cuando los hombres de trono pagados fueron dejando paso en los varales a los hermanos portadores. Si nos paramos a reflexionar en lo dicho anteriormente, llegaremos a la conclusión de que tiene toda la lógica del mundo: Hablábamos de maneras de sentir… Y ¿Quién puede sentir más que un cofrade, un hermano o un devoto por su Titular?
A veces no nos damos cuenta, pero este hecho supuso una auténtica revolución de la Semana Santa malagueña y de su puesta en escena en la calle. Atrás quedaban las carrerillas, los tronos abandonados en mitad de una plaza mientras los hombres encargados de llevarlas hacían un receso, y un largo etcétera de detalles que se escapan al objetivo de este artículo. Es a partir de ese momento en que nuestra manera de andar y portar los tronos ha evolucionado exponencialmente, cuando la música ha adquirido más importancia y ha dejado de ser un mero acompañamiento para empezar a transmitir emociones y sensaciones, fue en ese preciso instante también, cuando cada Cofradía, cada trono, han ido evolucionando, creando un estilo y un sello por el que se identifican muchos de ellos. Posteriormente, surgieron asociaciones de cofrades para reivindicar y potenciar la figura del hombre de trono, como un miembro más del cuerpo nazareno, y para proteger las señas de identidad y tradiciones de la propia ciudad...
Habían surgido los nazarenos del varal, como una manera más de hacer estación de penitencia y rezar a Cristo y la Santísima Virgen, como el que ilumina su caminar con un cirio o porta su Santa Faz en un estandarte, un hermano más, un nazareno más. Al principio llegaron vestidos con trajes de chaqueta, para diferenciarse de los antiguos hombres de trono pagados, pero con el transcurrir de los años, los hermanos, conscientes de nuestra condición de nazarenos, recuperamos el hábito penitencial en la mayor parte de las Cofradías. Y esto ha sido así, porque la túnica del hombre de trono, no es ni más ni menos que eso, un hábito penitencial y no una ropa de trabajo. Un cofrade, que además sea hombre de trono, debe pues revestirse con su túnica nazarena para realizar lo que es, sencillamente, un acto religioso.
 
Pero en algún punto del recorrido nos hemos perdido: O no se ha sabido transmitir el mensaje, o algunos han querido aprovechar la coyuntura para, al abrigo del noble propósito potenciar y cuidar la figura del hombre de trono o hermano portador (que comparto), introducir elementos que no nos son propios, llegando a crear grupos a modo de lobbies que a veces parecieran defender intereses que no son los generales, cuando no carecen directamente de todo sentido religioso y de Hermandad. Hay pocas cosas menos cofrades que crear un grupo hermético y cerrado que se llega a diferenciar hasta en la vestimenta de sus hermanos de varal. Ese momento en el que miras a tu alrededor y ves más "postureo" que sentimiento, más afán de protagonismo que penitencia. En los últimos tiempos se han visto hombres de trono, además de despojados de su hábito nazareno, abandonando sus puestos y paseándose, adoptando posturas bizarras en los varales, con caras exageradas de dolor que distraen la atención de lo verdaderamente importante, alaridos y un sinfín de actitudes impropias de nazarenos (de varal). Hay incluso cofrades que recogen su túnica y la dejan colgada en una percha (si, tras sacarle una foto y darse golpes en el pecho - más postureo).  En ese momento es cuando debemos parar, mirar hacia la Cruz-Guía y retomar el buen rumbo que sin duda hemos perdido. La túnica no es algo que puedas dejar arrumbado en un armario y echarle una foto de año en año, ni mucho menos por decisión unilateral de un colectivo, que segregando las filas nazarenas y los tronos, se arrogan la potestad de decidir cómo deben hacer estación de penitencia. La túnica, querido cofrade y hermano, es algo que debes llevar por dentro como cofrade, y ponértelo una vez al año como penitente.
La importancia de ser nazareno de varal va más allá, por si fuera poco, de una cuestión de sentido religioso, estética o de todo lo comentado anteriormente. Es algo necesario en la base, pues ayuda a dignificar la figura del nazareno, animando a todos los hombres de trono a que continúen en las filas nazarenas cuando, por los achaques o los años, haya que dejar hueco en el varal a otros… Seamos pues todos hermanos, seamos un humilde átomo, un secundario y anónimo átomo, que desaparece a la vista de la sociedad por unas horas para encontrarse con el Señor y consigo mismo y que conforma un todo colosal para la mayor gloria de Dios, y dignifiquemos pues, el sacramento de la penitencia: Siendo siempre, nos toque el puesto que nos toque llevar... NAZARENOS.
Por último, finalizo el artículo recordando unas palabras de San Ambrosio, para que todos los cofrades y nazarenos, vayamos o no en el varal, reflexionemos: “Dios no hace distinciones, porque prometió a todos la misericordia y concedió a sus sacerdotes la facultad de absolver sin excepción alguna. Aquel que exageró el pecado, que abunde en penitencia”.

sábado, 15 de octubre de 2016

De la madera al metal

Desde los cimientos, hasta el tejado...

Hoy, como cualquier nacimiento de un medio de difusión de opinión, se desliza la tinta y la emoción para dar paso a un espécimen que daban ya por extinguido. 

Desde antes de los trágicos sucesos del año 1931, y en menor medida en el 36, el cristiano y cofrade malagueño ha sabido trazar claramente las líneas y tradiciones de su ciudad sin mirar a otra parte. Por ello, las andas sobre las que reposan las sagradas imágenes, en las distintas salidas procesionales, se llaman tronos, y de ahí nuestra denominación de origen calificada.
Sin lugar a dudas todas las tradiciones evolucionan con el paso de los años, pero lo hacen desde un itinerario magistralmente marcado por personas que han nacido andando a paso corto y saliendo con el izquierdo: el hombre de trono. Estos han sido y serán los pies en los que reposan cada una de nuestras Sagradas Imágenes y, sobre todo, nuestras traiciones desde la época de los Reyes Católicos.
El potencial que subyace en lo más profundo del sentimiento y la fe, se concibe desde el anonimato de un capirote y la luz de una vela, que marcan el camino del Señor y su Madre. Por ello, y desde lo más profundo de la humildad de cada uno de los malagueños que portan con honor y amor esta prenda bendita, no queremos dejar pasar la ocasión para pedir de nuevo el monumento al nazareno. En él reside gran parte de la conservación y difusión de la fe por nuestras calles.
El esfuerzo de cada corporación nazarena habla por sí solo. Las obras sociales son base más que importante para el desarrollo de las distintas hermandades, puesto que no debemos olvidar que son piedra fundamental de la historia y conservación de las cofradías malagueñas. Todo aquel que es generoso para con el pobre honra a Dios, proverbios 14:31.

La conservación de las tradiciones, y a raíz de la diferenciación de ciudades, se plantea de manera ardua en la actualidad. Después de ver diferentes guiños extranjeros en algunas salidas procesionales, se podría lanzar una pregunta al aire: ¿sabemos conservar y engrandecer sin mirar hacia la ladera del Guadalquivir? 
Por ello, en este lugar no vais a encontrar más que una defensa a ultranza de lo que para nosotros es santo y seña de la mejor semana del año.